Me encantan las quiches, son fáciles de hacer y están deliciosas. Además te arreglan una comida o una cena de una forma rápida y nutritiva. Si la masa la hacemos nosotros todavía estará más rica, pero existen masas en el mercado que nos ahorrarán mucho tiempo en la cocina. Yo misma suelo utilizarlas a menudo, pero si te animas aquí tienes una receta de masa quiche casera.
La quiche más famosa es la Lorraine, con panceta de cerdo, aunque esta tarta inicialmente sólo llevaba nata y huevos. El queso y la panceta se añadieron posteriormente. A partir de esta famosa tarta se fueron creando el resto de versiones, pudiendo incorporar cualquier ingrediente que se te pase por la cabeza, pues con el huevo y el queso la verdad es que es muy fácil combinar muchos sabores.
Son un éxito siempre, su sabor esponjoso y suave junto a un toque salado es todo un placer en boca. De hecho suele ser uno de los platos que más gustan a los pequeños, así que será ideal practicar con ellos en la cocina, rellenándola con lo que más nos guste.
Ingredientes
- 1 masa quebrada
- 100gr. queso rallado (el que queramos o mezcla)
- 200gr. salmón fresco sin espinas
- 1 puñado de brotes de espinaca
- 3 huevos
- 250ml. nata de cocina
- sal y pimienta
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Batimos los huevos y agregamos el queso, la nata, la sal y la pimienta. Mezclamos bien.
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En un molde de horno colocamos la masa quebrada y la pinchamos con un tenedor por toda la superficie. Colocamos papel de aluminio con un peso; yo pongo garbanzos secos que siempre tengo a mano para estas ocasiones (y ya no los utilizaremos nunca para comer). Horneamos la masa 10 minutos a 180ºC.
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Limpiamos las espinacas con agua y troceamos el salmón a dados.
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Pasados los 10 minutos de horno, retiramos la masa y la rellenamos con la mezcla de huevos.
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Esparcimos por encima el salmón y las espinacas de manera que quede bien repartido por toda la superficie.
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Volvemos a hornear a 180ºC durante 20-25 minutos más y listo.
Ya podremos dejar enfriar y servir.