QUÉ ES EL AZÚCAR DE COCO
El azúcar de coco es una estupenda alternativa al azúcar convencional, al jarabe de agave o incluso a la miel, ya que contiene más nutrientes.
Este tipo de azúcar se obtiene, como su nombre indica, del coco, concretamente de la flor de coco. La savia de esta flor se calienta hasta evaporar parte del agua de manera que se obtiene una textura cristalina similar a la del azúcar moreno, con un color tostado.
Como ya sabemos, el azúcar de caña refinado contiene sólo calorías vacías, en cambio, el azúcar de coco contiene minerales como el hierro, zinc, calcio y potasio. Y por si fuera poco, también contiene pequeñas cantidades de fibra.
Pero una de las razones por las que más recomiendo utilizar el azúcar de coco en lugar de otro tipo de endulzante (a menos que sea estevia, la mejor opción sin duda, o alguna melaza de cereal) es porque su índice glucémico es mucho menor que el azúcar convencional, por lo que no aumenta tanto nuestros niveles de azúcar en sangre. Concretamente tiene un índice glucémico de 35 (la glucosa tiene 100, valor máximo; la miel 55 y el azúcar de caña 68).
CONSUMO MODERADO
Aunque sea más sano y nutritivo que el azúcar no debemos abusar porque sigue aportando un alto valor calórico.
Es ideal para añadir en nuestros postres como el yogur, kéfir, café... El sabor que da es muy similar al azúcar convencional, por lo que enseguida nos acostumbraremos a él sin notar apenas la diferencia.
El único inconveniente actualmente es el precio, bastante mayor que el azúcar blanco, como ocurre con muchos productos saludables del mercado. Pero a largo plazo la inversión vale la pena para la salud de nuestro organismo.
Lo encontramos en dos formatos:
En grano, muy similar al azúcar de caña. Su formato es ideal para emplear en repostería.
En líquido, conocido como sirope de coco. Un formato ideal para emplear en yogures y flanes. Es mucho más fácil y rápido de integrar a los productos.
MI EXPERIENCIA
En casa consumimos azúcar de coco desde hace mucho tiempo y nos encanta. De hecho apenas utilizamos el azúcar convencional. Sólo lo reservo para cuando he de hacer algún pastel familiar o para algún evento especial (eso sí, moreno, al menos no está tan refinado) simplemente por una cuestión económica, porque estoy segura de que si los elaborara con azúcar de coco no notarían ninguna diferencia.
Suelo utilizar mucho el sirope de coco para endulzar los yogures. Y prácticamente nada más, pues ya trato de ingerir productos sin azúcar ni edulcorantes, que sin duda todavía son más perjudiciales que el azúcar convencional.