El trigo sarraceno o también conocido como alforfón se emplea como si fuera un cereal, aunque realmente no lo es. Pertenece a la familia que conocemos como pseudocereal, donde también se encuentra la quinoa. En el organismo actúa de forma muy similar por lo que generalmente se le clasifica dentro de los cereales, pero en realidad es una semilla.
Su tiempo de cosecha es corto, se planta a principios de verano y se puede recoger en otoño.
CÓMO COCINARLO
Se trata de un alimento muy interesante para nuestro organismo y se cocina como el arroz: 2 tazas de agua por una de trigo sarraceno con unos 20 o 25 minutos de cocción, hasta que absorbe todo el agua. Es recomendable dejar en remojo el trigo sarraceno durante toda la noche para inactivar parte de sus antinutrientes y hacerlo más digestivo.
La forma de esta semilla es muy bonita y curiosa: tiene forma piramidal.
Es muy habitual encontrarlo en forma de harina, de hecho es una de las maneras más fáciles de incorporarlo en multitud de recetas, sobretodo en panes, crepes y tortitas.
No tiene gluten, por lo que su textura a la hora de elaborar ciertos postres y pan puede ser un poco densa, como ocurre con la mayoría de harinas sin gluten; simplemente tendremos que tenerlo en cuenta para saber en qué receta irá mejor emplear este tipo de harina.
Hay que decir que tiene un sabor peculiar, pero cuando te acostumbras vale la pena introducirlo en nuestra alimentación diaria y beneficiarnos de todas sus buenas propiedades.
BENEFICIOS QUE NOS APORTA
Los nutrientes principales que nos aportará son hidratos de carbono, pero también es una muy buena fuente de proteínas con todos los aminoácidos esenciales, algo muy importante para dietas veganas y deportistas.
Es muy rico en ácidos grasos Omega-3 y Omega-6.
Contiene minerales importantes como el manganeso (ideal para el desarrollo del cuerpo), el cobre (importante para la salud cardíaca), el fósforo (ideal para los tejidos del cuerpo), el hierro, el magnesio y vitaminas del grupo B.
Tiene un efecto saciante y bajo en grasas, lo que lo hace ideal para dietas de adelgazamiento.
Contiene bastante fibra, ideal para nuestra flora intestinal. De hecho el tipo de fibra que contiene es muy beneficiosa para nutrir la pared del intestino y reducir la probabilidad de padecer cáncer de colon.
Contiene un flavonoide llamado Rutina que puede contribuir a mejorar la circulación sanguínea, reduciendo la inflamación, la presión y las grasas.
Una de las características más importantes del trigo sarraceno es que debido al tipo de hidrato de carbono que contiene parece ser que ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, lo que es ideal para personas con diabetes o problemas glucémicos.
Como curiosidad, Paul Pitchford, en su libro Sanando con alimentos integrales recomienda su ingesta sobretodo en los meses de frío, otoño y primavera, ya que aporta mucho calor al organismo al ser un alimento muy energético, de hecho recomienda no tomarlo de noche. También dice que puede aumentar la líbido y que puede contrarrestar el efecto de ciertas radiaciones.
Así que ya sabes, una dieta variada es esencial para un buen equilibrio de nuestro organismo, y siempre tenemos que elegir los mejores productos para nuestro cuerpo. Como ves el trigo sarraceno junto con otros alimentos de gran valor nutricional es ideal para introducirlo en nuestro menú semanal.
Para ello te dejo algunas recetas que he elaborado con este fantástico pseudocereal
Bizcocho vegano de trigo sarraceno
Hamburguesas de brócoli con harina de trigo sarraceno
Rosquillas de anís y trigo sarraceno al horno
Gofres de trigo sarraceno y coco
Quiche casera con trigo sarraceno rellena de salmón y brócoli