En casa podemos realizar de forma muy sencilla una mascarilla purificante para el rostro con unos efectos visibles de inmediato. Se trata de una mascarilla a base de arcilla, un producto usado desde hace muchos años para calmar muchas clases de dolencias, aplicándola como cataplasma en las zonas inflamadas o dolorosas del cuerpo. Si queremos utilizarla con tal efecto, simplemente tendremos que extenderla en la zona y taparla con una gasa o trapo de algodón durante 4 horas, retirándola con agua templada.
Existen varios tipos de arcilla: verde, roja, blanca. Una de las más conocidas es la arcilla verde. Utilizaremos una u otra en función de nuestro tipo de piel: si la tenemos grasa o mixta, recomiendo utilizar la arcilla verde pero si nuestra piel es sensible o seca, será mejor utilizar la arcilla blanca o roja que no resecan tanto la piel.
Cualquiera de los 3 tipos de arcilla los podemos encontrar en cualquier herbolario y tiendas de dietética naturales. Te dejo un enlace de una marca que me suele gustar de arcilla verde, que es con la que en principio haremos nuestra mascarilla purificante: Arcilla verde para uso externo.
Los 3 tipos de arcilla tienen propiedades antibacterianas, purificadoras y absorventes de toxinas gracias a sus muchos minerales que tienen como silicio, hierro, magnesio, sodio, potasio.
La arcilla roja tiene como característica principal su color rojizo que es debido a su alto contenido en hierro. Ayuda a aliviar dolor de zonas inflamadas y el dolor de artrosis. Es indicada para problemas de sudoración excesiva y para el acné.
La arcilla blanca es cicatrizante y tiene propiedades vasoconstrictoras, por lo que es ideal para piernas cansadas. También es indicada para combatir el estreñimiento.
Y por último, la arcilla verde nos aporta elasticidad a la piel y estimula la circulación. En la aplicación de arcilla notaremos una sensación de frescor y relajación de la zona.
Esta mascarilla facial nos dará unos resultados estupendos para problemas de acné y puntos negros. Nos sentiremos aliviados y nos veremos la cara con más luz. Podremos repetirla una vez en semana o cada 10 días.
ELABORACIÓN DE LA MASCARILLA PURIFICANTE
- En un recipiente que no sea de aluminio, metal o plástico (para no perder las propiedades de la arcilla) verteremos una cucharada de arcilla en polvo y otra de agua calentita. Si queremos podemos realizarla con alguna mezcla de infusiones en vez de sólo con agua, de esta manera aportamos las vitaminas y propiedades de las plantas elegidas. Por ejemplo: el tomillo limpia y desinfecta la piel, la manzanilla calma las inflamaciones y descongestiona... También recomiendo que el agua este libre de cloro.
- Mezclamos pudiendo incorporar más agua o infusión si nos queda demasiado espesa. Con una brocha o con la mano, nos la aplicamos por todo el rostro limpio. Dejaremos sin cubrir la zona de los ojos y boca, para evitar cualquier problema ya que estas zonas son más sensibles que el resto.
- Una vez aplicada, dejaremos actuar unos 15-20 minutos
- Luego retiramos con una esponjita o paño húmedo en agua templadita.
- Para finalizar es conveniente que nos apliquemos un poco de crema hidratante, pues debido a la absorción de la arcilla es necesario hidratar la piel.